Un caso interesante de "Marketing experiencial" (el festejo de los 50 años de Oxford)

Hace tiempo ya que se consolidó la tendencia de no dejar que el posicionamiento quede sólo librado a la comunicación. Y avance en ofrecer al cliente "vivir una experiencia" respecto a lo que la marca está proponiendo.

No es sencillo. Es más fácil circunscribirse a un buen material publicitario y a buenos contenidos producidos que asumir el riesgo de hacer realidad esos conceptos en los momentos de verdad en los que la marca se encuentra frente a frente con el cliente y debe revalidar lo que ha dicho de sí misma.

Lo último en esta tendencia es intentar ir un poco más allá de lo que ya se ha probado.
Una degustación, una intervención de BTL, algún regalito, una invitación a un evento tradicional, una pieza original de marketing directo que llega a las manos del cliente, son todas acciones que suman y que ofrecen experiencias. Pero tal vez no sean suficientes para un posicionamiento profundo. 


Se necesita innovar y cruzar los límites para ofrecer una experiencia que sea concreta, original y memorable.

Con humildad, valga como ejemplo, lo que hemos hecho para los 50 años de Oxford. 

El concepto que nos hemos auto-propuesto para inspirar esta nueva etapa que comenzamos es "The believe philosophy" (la filosofía de creer). "Believe" es un norte y a su vez es una característica con la que sentimos que estamos resumiendo nuestra forma de encarar la publicidad y la comunicación que construimos para nuestros clientes (y también la forma con la que encaramos la vida).

A ese concepto le dimos una identidad



y lo desplegamos con una serie de piezas de comunicación que le fueron dando forma, de manera sutil. Valga como ejemplo estos tres videos:








Intervenimos nuestras oficinas tanto de Córdoba como de Buenos Aires, desplegamos el concepto en folletos muy originales que enviamos por correo a clientes y empresas amigas de todo el país.

Pero no era suficiente. Había que demostrar -dentro del marco del festejo por los 50 años- que este concepto no se "quedaba sólo en palabras" sino que pasaba a la acción. Y le proponía acción a nuestros clientes.

Así nació la idea de invitar a 20 de los clientes más importantes de la agencia a vivir una "air experiencie". Sentir esa filosofía de creer en el cuerpo y en la piel y arriesgarse dando "un salto al vacío".